No sabemos si Lola canta en estado consciente de su prodigio, porque la voz, como ya sabemos, sube escaleras diminutas hasta el cenit del buen gusto, mientras en otra parte del cerebro el muñeco roto que somos piensa en ir al supermercado o pagar la factura del gas.
De lo que sí es consciente, después de dejar el escenario, volar hacia atrás y sentarse en la mesa de los mortales, es que el canto nacido de una voz privilegiada no puede ser un desperdicio, que hay un compromiso a todo o nada en el juego innegociable de la técnica, que el buen gusto es un pan azul con levadura de fuego de dragones, repartido para pocos.
De vez en cuando, el tiempo que vivimos se apura a contradecirla. Épocas de música en formato fast food, demasiados espejitos de colores.
Archiconocido es que el canto popular (el folklore en especial) funciona como trampolín para el mercantilismo pop, en tiempos en que los artistas desayunan el veneno alegre o deprimente, pero siempre falso, de la cantidad de vistas en youtube. Lola se mantiene activamente impasible ante el aspamento y el estrellato de hojalata. Porque además de la afinación, el vientre pájaro y el volcán de su garganta en efervescencia de cuchillo y mariposa, posee la coherencia, en férrea decisión insobornable.
De su bolso de Penélope desempolva gastados magazines, biromes bic para rebobinar un cassette de la década del 80 y un puñado de canciones de seres sobrehumanos: ellos son el faro en llamas, la memoria perpetua, la espada y la cutícula de su garra de dragona, el estilete y la ternura. Son Julio Lacarra, Armando Tejada Gómez, Alicia Crest, Chabuca Granda, el Nacho Wisky. Esas son las migas de pan de oro que deja en su camino por si algún día tiene que volver. Y eso debe ser también lo que sucede en su memoria de muchacha y en su sueño perpetuo de animal callado: la mesa del domingo, la flor intermitente en el mantel, la lluvia que le trae la voz de aquella madre, el salto hacia el vacío, sin red y por costumbre, la llave del buen gusto en la boca del león.
En su novela La mano del amo, Tomás Eloy Martínez habla de Carmona y su desesperado intento a través de su voz de ángel insolado en el patíbulo, de resistir y alcanzar la redención.
En la voz de Lola somos nosotros los que alcanzamos nuestra propia redención, como en una hoguera para oscuras vanidades, como si hubiésemos dormido un siglo entero soñando con la copa en el desierto, el pájaro en el vientre, la miel en el cuchillo.
La poesía popular, de trasnoche y mostrador, la expresa y la contiene, va pariendo otra Lola aún más prepotente en su ternura, mujer popular a ras del suelo persiguiendo el sueño de una estética de muchos, como quien viaja a lomo de la luz de un espejismo. Su naturaleza es la que aflora en cada uno de esos viajes, despetalando maravillas navega entre los versos, sin echar del todo sus anclas por no lastimar la calle de papel de algún renglón, sobrevuela la poesía, entra, cae, y se sumerge, para salir todavía más robusta y delicada, lujosa y proletaria, con sudor de trenes que enfilan inevitablemente hacia el sur, vestida de guitarra en la verbena infatigable, sabiéndose cantora popular, poseedora de esa llave, de ese destino inevitable.
“El canto debe ser ángel y asombro que es cuando el diablo está cansado, en el medio no hay nada”, decía y probablemente aún repite su admirado Nacho Wisky, desde la segunda mesa del bar de Carlitos, ya fantasmal, ya despellejado, en la calle Rodríguez Peña.
Acaso haya hecho un pacto con ese ángel ebrio de belleza, para cantar con la soberbia dulzona de mil demonios, tal vez, como Carmona, busca en el canto redimirse y redimirnos, para salir, después de dos o tres minutos, bañada y renacida, picoteada por el fuego del poema, lavada su costumbre y su osamenta, por una nota exquisita en la guitarra.
Evocados en precioso equilibrio, conviven Guastavino y Piazzolla, Gershwin y Yupanqui, Chico Buarque, Vinicius y los compositores cubanos, Schumann y Gardel, Discépolo, Goethe y Margarido, Debussy, Verlaine, Bach y Tuñón. Detrás de cada oleaje, una canción de Hamlet Lima Quintana parece un aria del suburbio, cada verso de Tejada Gómez se eleva hasta un palco del Colón y cada fragmento de bel canto, de Chabuca o de Piaf se oye en cualquier mesa del alba popular.
Después, cuando lentamente se retira la marea de su canto, nos da la sensación que no pudo haber dado más, que de nuevo lo dio todo, y hablamos de prodigios y de versos, de cómo puede ser, de su ternura y su coherencia, mientras que detrás de los muros del buen gusto, suspendido como un ángel sobre un verso de papel, queda titilando, resuena todavía, inconfundible y desafiante, el grillo bienamado de su voz.
Pini. Una tarde de septiembre de 2021 en el bar Los Galgos.
En su repertorio confluyen diferentes géneros musicales de su país, Latinoamérica y el mundo. No se limita a un estilo en particular; busca reunir en sus conciertos y producciones las obras de los compositores que van marcando su camino y por los cuales ha dedicado su vida a formarse en el arte del canto, tarea inacabable que continúa día a día. Es por ello que evoca a Yupanqui y a Schumann, a Piazzolla y a Poulenc, a Verdi y a Discépolo, a Gardel, a Piaf, a Debussy, a Lima Quintana, Tuñón, Wisky, Margarido y a Verlaine y a Goethe, a Cátulo y a Homero, a Schubert, a Guillén, a Lorca y a Chabuca, a Miguel Hernández, a Falla, a Vinicius y a ]obim, a Monteverdi, a Brahms, a Bach…
La riqueza, la profundidad, la belleza (inalcanzable) de estos creadores, poetas y músicos fundamentales de la historia universal, la conmueven, la convocan, la inspiran… Lola intenta abrazarlos con disciplina y amor cada día, para ofrecerlos a quienes quieran abrir su corazón y recibirlos.
Nació en Bragado, Provincia de Buenos Aires. Argentina.
Hija de un obrero y una empleada metalúrgica, transcurrió su infancia en el campo. Entre los sonidos de la naturaleza, el “Wincofon” que resonaba en las tardes y los cantares familiares, el canto fue adentrándose en ella… También el gusto por la poesía y la lectura de escritores pilares de la literatura universal; participando incluso, del Taller Literario de su ciudad natal durante la adolescencia. Fue en esos años, que invitada por Edgar Rubino, debutó en la mística “Peña El Gotán” cantando tangos y valses criollos.
A los quince años ingresó al Conservatorio de música Alberto Williams de Chivilcoy donde se graduó en el año 2001 como de Profesora de Canto Lírico – Camarístico.
Estudió la Licenciatura de Canto en el Departamento de Artes Musicales y Sonoras Carlos López Buchardo de la Universidad Nacional del Arte.
Se ha perfeccionado en Canto y Repertorio con las Maestras Marta Blanco, Alejandra Malvino, Graciela Ulibarri, Graciela de Gyldenfeldt, Fabiola Masino y Rozita Zozulia; los Maestros Sergio Tulián, Dante Ranieri, Víctor Torres y Esteban Manzano; en técnicas de actuación con la Maestra Lizzie Waisse; y en pedagogía musical con la Dra. Silvia Malbrán (Posgrado universitario UNNOBA). Cursó el “International online Lied Masterclass” con el reconocido Maestro Helmut Deutsch.
Es docente de las cátedras de Canto Lírico, Canto Popular, Apreciación del Folklore, Música Latinoamericana y Espacio de la Práctica Docente en el Conservatorio de Música Juan R. Pérez Cruz de Junín.
Entre sus presentaciones artísticas se pueden destacar conciertos en Argentina, Brasil y Europa junto a ensambles vocales y como solista; tales como el Certamen Internacional de Coros “Olomouc 2000” en República Checa (1er. Premio), Concierto de Compositores Argentinos en la Escuela Superior de Canto de Madrid junto a la pianista Graciela Ulibarri, Teatro Nacional Cervantes junto a la Orquesta Juan de Dios Filiberto, Solista en Cantatas de Bach y obras del período Barroco junto al Ensamble Bach Collegium de Paraguay dirigido por el Mtro. Diego Sánchez Haase, Conciertos de Música de Cámara junto a los pianistas Diana Scheneider, Max Bertea y Verónica Fabi; y recitales junto relevantes músicos argentinos como Emilio de la Peña, Martín Kieffer, Matías Lopez Gallese, Leandro Marquesano, José Torelli, Jorge Dellegracie, Santiago Torricelli, Sebastián Vita…
MAS INFO
Lola
Barrios
Expósito
Ha compartido escenario con relevantes artistas del teatro, la música y la cultura como Selva Alemán, Julieta Díaz, Elena Tasisto, Raúl Rizzo, Víctor Laplace, Patricia Palmer, Jorge Azurmendi, Rubén Juárez, Luis Salinas, Walter Ríos, Ballet Folklórico Nacional, entre otros.
Ha participado en los reconocimientos realizados en vida a los poetas Héctor Negro y Horacio Ferrer en la Academia Nacional del Tango; de los homenajes a Augusto Roa Bastos y Ernesto Sábato en la Sala Borges de la Biblioteca Nacional; y a José Asunción Flores y la Guarania en el Teatro Nacional Cervantes con la orquesta Juan de Dios Filiberto.
Ha realizado numerosas giras por el país con el auspicio de Secretaría de Cultura de la Nación, con la producción artística de Ovidio Ottaviano y junto a relevantes músicos argentinos y del Paraguay como Francisco Giménez y La Banda de Trinidad. Entre los que se destacan el Festival de Cosquín y el Concierto del 25 de mayo de 2015 en Plaza de Mayo.
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Discografía
En cuanto a la discografía se pueden citar sus participaciones en los discos “El Bragadense” junto a la Orquesta de Jorge Dragone, presentado en el Café Tortoni; “La Cumparsita, el himno del Río de la Plata” junto a Walter Ríos y “Tangos y naufragios” con Tato Finocchi y Raimundo Rosales.
“En este cielo” (2001) Disco de canciones de proyección folklórica argentina y del Río de la Plata; con Néstor Basurto, José Torelli, Daniel Maza, Víctor Carrión, Roberto Calvo, Emanuel Menta, Guillermo Colombo, Agustín Barbieri, Sergio Starópoli, Jorge Terpolilli. Material que contó con el apoyo de Marcelo Elías.
“Cantar” (2009) Disco de música latinoamericana con relevantes artistas invitados tales como Cecilia Todd, Emilio de la Peña, Jorge Giuliano, Juan Varela, Francisco Giménez, Lalo Romero, Néstor Acuña, Cacho Ferreyra, Beto Merino, Martín Boffi, Yeye Caboca López, Manu Navarro, Horacio Cacoliris, Emanuel Álvarez, Sergio Grazioli, Verónica Sará, Viviana Scarlassa, Javier Larrea, Martín Kieffer.
“Canciones Argentinas” (2011) Disco de obras de A. Jurafsky, C. Guastavino y A. Piazzolla junto a la pianista Graciela Ulibarri.
“Vuelo con escalas” (2012) Disco ecléctico con obras de Piazzolla, Gershwin, Guastavino, Piaf… producido junto al pianista Martín Kieffer. Con Gabriel Cuellas, Raúl Romano, Florencia Álvarez Gauna y Osmar Meres.
“Solo Voz” (2021) Tres Canciones a Capella de Chico Buarque y Vinicius de Moraes, Ignacio Izcaray y Tradicional Francesa.
“Músicas del Mundo con músicos del mundo” (2020 a la actualidad) con Matías Lopez Gallese.
Lola Barrios Expósito
A comienzos de 2021 fue invitada por la Cancillería Argentina y Radio Nacional a los homenajes por el Centenario de Astor Piazzolla y Ariel Ramírez de los cuales participó junto al pianista Martín Kieffer con las obras “Chiquilín de Bachín” y “Alfonsina y el mar”. Motivo de los mismos fue invitada también por la Emisora Clásica de Cuba a la “Semana Piazzolla” producida y conducida por Helson Hernández, donde pudo dialogar y compartir la música que ha grabado del genial compositor.
Junto al músico Leandro Marquesano se ecuentra produciendo el disco “Cuba desde el Sur” (obras de relevantes compositores cubanos) Con la idea y curaduría de Helson Hernández.
Ha grabado especialmente para el programa “Buenas noches ciudad” (La Habana Cuba), conducido por Helson Hernández y Yumié Rodríguez, dos canciones de La Trova Cubana; y para la cortina del programa “Para no arrepentirme” (Salta Sur), conducido por Adrián Cañavera la obra homónima.
Junto a la pianista Verónica Fabi está produciendo un disco de obras del repertorio camarístico alemán y francés con canciones de Schumann, Brahms, Strauss, Fauré, Debussy, Duparc, Poulenc.
Actualmente se encuentra produciendo junto al pianista y arreglador Matías Lopez Gallese, “Músicas del Mundo, con músicos del mundo”, proyecto que recorre un repertorio ecléctico con relevantes artistas invitados de diferentes países. Junto a Lopez Gallese también ha cantado en la reconocida casa “Señor Tango”.
Durante la pandemia de COVID-19 realiza grabaciones a distancia de distintos géneros Latinoamericanos y de Música Antigua con relevantes músicos del país: Leandro Marquesano, Fabián Miranda, Raúl Gómez, Adolfo Falcón, Cacho Correa, Roberto Calvo, Esteban Manzano, Sergio Casanovas.
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«La vida sin música sería un error»
(F. Nietzsche)